El barroco en el Perú
En
los siglos XVII y XVIII, los países iberoamericanos, y el Perú en particular,
conocieron el esplendor de un arte que había llegado desde los primeros
momentos de la conquista y alcanzó títulos propios e indiscutibles: el Barroco.
El barroco impregnó la vida cotidiana de los hombres del virreinato del Perú, marcó sus
sentimientos y al mismo tiempo los modos de expresarlos.
Uno de los representantes
más importantes fue Francisco Antonio Guerrero y Torres, quien construyó las
catedrales de Lima, Cusco y Quito. Otro representante fue Constantino de Vasconcelos,
quien fue el creador del convento de San francisco en Lima.
Otro
representante destacado, en este caso por parte de la literatura, es el inca
Garcilaso de la Vega (1539-1616), cuyo verdadero nombre fue Gómez Suárez Figueroa.
Él fue el escritor de "Comentarios reales sobre los incas",
"Historia general del Perú”, “Florida del inca”, entre otras.
Las manifestaciones del arte barroco en el Perú se
muestran con cada a paso que damos en el centro de cualquier ciudad de nuestro
país, las fachadas de las iglesias, las plazas, las casonas, todo nos remite a
este género artístico que también originó una corriente cultural característica
que es parte significativa de nuestra historia, que nos identifica, y que por
lo tanto es necesario conocerla más a profundidad.
El barroco es en sus más amplias manifestaciones
artísticas un fenómeno complejo de índole social, político y religioso, que
sigue al manierismo italiano que prevalece durante la primera mitad del siglo
XVI. Se caracteriza principalmente porque abandona la serenidad del clasicismo
para expresar un mundo en movimiento y agitación de los sentidos.
Autora: Emily Cielo
Cuellar Ccoillo 3ero “c”
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